domingo, 16 de marzo de 2014

Las canciones de Joaquín Díaz


Ya iba siendo hora de que se pasara por el blog Joaquín Díaz, uno de los nombres imprescindibles (si no el que más) de la música tradicional española. Sus discos son un verdadero tesoro para todos aquellos que amamos los romances, las coplas de ciego, los cuentos populares o las canciones del campo.

Joaquín Díaz es un folclorista de los de verdad, de recorrer pueblos y recoger cantares, que luego recrea en sus discos -pues canta él mismo- con un cariño fuera de toda duda. Actualmente es Catedrático de Estudios de la Tradición en la Universidad de Valladolid y es titular de una Fundación con su nombre, cuya página web está llena de recursos y que os aconsejo visitar.

La primera vez que escuché a Joaquín Díaz me atrapó de inmediato porque lo que cantaba se parecía mucho a algunos cuentos que le oía a mi abuela de pequeño y que tenía prácticamente olvidados, o a esos "pastores", romances interminables que se cantaban en los días invernales de matanza.


Como no podía ser de otra forma, la naturaleza ocupa un papel central en su discografía. Tanto es así que una de sus obras se llama Dendrolatrías, algo lógico en alguien cuya infancia, en palabras de Fernando Neira, "olía a resina y tamuja": 
"Joaquín tenía siete años, un pinar a las puertas de casa y un padre que le enseñó a amar la naturaleza como parte de nosotros mismos". 
De entre todas sus canciones, tengo especial debilidad por los "Milagros de San Antonio", que cuenta los ídem que hizo el santo de niño al marchar su padre a misa. Lo mejor es que tiene algunos versos completamente formados con nombres de pájaros.


Otra de mis favoritas es "El arriero de Bembibre". Es uno de nuestros romances más populares y narra el encuentro del arriero con varios bandoleros, la posterior pelea entre ambos y el premio que da el Rey al protagonista.


Uno de los más peculiares es el "Romance de la infanticida", malsano donde los haya. Cuenta la edificante historia de una madre que mata a su hijo después de que este la sorprendiera manteniendo relaciones con un hombre que no era su marido. Al llegar el hombre a casa, la mujer se lo da de comer; pero antes de que el padre lo pruebe, la voz de ultratumba del infante le avisa del percal.


Por cierto, que si os gustan este tipo de cosas, Joaquín Díaz tiene un disco completo que se llama Romances truculentos. No perdáis la oportunidad de oírlo.


Y paro ya, que la lista se haría interminable. Os dejo para acabar el "Romance de la loba parda", un triste ejemplo de la legendaria enemistad de pastores y lobos:


Si queréis profundizar, aparte de la Fundación que citaba al principio, podéis visitar el blog "Cancionero de romances", que yo he descubierto esta tarde buscando información para esta entrada y me ha parecido una maravilla.

1 comentario:

  1. Muchas gracias Vicente por dedicar un espacio a la figura de Joaquín Díaz, así como por tu referencia positiva al blog que llevo a cabo sobre dicho autor.

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