domingo, 9 de febrero de 2014

Setas manchegas

Este año he pasado el otoño fuera y no he podido disfrutar de la temporada de setas en Ciudad Real. Para resarcirme un poco, voy a dedicar la entrada de hoy a enseñaros algunas fotos que hice en años pasados. Aunque a los que vivís en latitudes más húmedas os pueda extrañar, lo cierto es que en esta zona crece una gran variedad de setas a poco que llueva.

Uno de los géneros mejor representados es el de las amanitas. La Amanita phalloides es bastante común en tierras de encinas, jaras y alcornoques. El verde del sombrero, las láminas blancas, el anillo y la volva la hacen inconfundible. A mí me encanta verla, creo que es una de las setas más bonitas de nuestros montes. A veces se les quedan pegados restos del velo universal, como si fuera un trozo de clara de huevo a la plancha. Contiene amatoxinas para parar un carro y está implicada en la mayoría de las intoxicaciones mortales por hongos, así que se ve pero no se toca.

Amanita phalloides.
Junto con la phalloides y la cesarea (que no he visto aún), la Amanita muscaria es la más popular de todo el género. Inconfundible su sombrero rojo con puntitos blancos. Así son antes de abrirse. Fijáos en la cantidad de setitas pequeñas que están a su alrededor y las hojas muertas de jara pringosa entre las que crece:

Amanita muscaria sin salir del cascarón.
Y aquí, una vez abierta:


Si se busca con un poco de calma, es fácil encontrar ejemplares preciosos como este:

Elegante muscaria en todo su esplendor.
Son famosos los efectos alucinógenos que provoca la intoxicación con esta seta, debido a un compuesto llamado muscimol. Sin embargo, su contenido en muscarina es bastante bajo comparado con otras especies del género Inocybe o Clitocybe. 

La Amanita pantherina (ver foto de abajo) es parecida a la muscaria; pero se diferencia fácilmente por el color marrón del sombrero. Además, es más tóxica que su prima. De cualquier forma, es preciosa.

Dos Amanita pantherina sobre una alfombra de musgo.
La Amanita citrina, que también se cría por aquí, tiene cierto parecido con la phalloides, aunque es más amarillenta tanto en la cutícula como en la carne (la carne de la phalloides es blanca) y suele tener restos del velo universal en manchitas, como la muscaria.
Amanita citrina.
Y para acabar con el género, un pequeño ejemplar de Amanita Crocea:

Amanita crocea.
Una de las cosas más curiosas que vi fue este boleto, que no soy capaz de identificar, completamente recubierto de un hongo blanquecino, como una especie de moho. Al cortarlo por la mitad se apreciaban manchas amarillas. Mirad:



En el mismo suelo abundan los Cortinarius trivialis, inconfundibles por la gelatina que recubre el sombrero y la "cortina" que muestran cuando se están abriendo.

Cortinarius trivialis.
La naturaleza nos ofrece maravillas a todas las escalas. Las pequeñas clavulinas son una de esas setas que no llaman la atención, porque son pequeñas, no se comen y no tienen la espectacularidad de sus hermanas mayores. Pero, si uno se para a mirar, descubre un ser vivo tan bello que puede medirse con quien sea. Y a las pruebas me remito:

Clavulina sp. (¿rugosa?)
¿Y qué me decís de estas Mycena seynii? Crecen en las piñas y son tan delgaditas que, cuando les da el sol, casi se transparentan.

Mycena seynii.

Mycena seynii.
Otro habitante de los pinares es la Gymnopilus spectabilis o "seta de la risa". Llegan a ser gigantescas y crecen asociadas a tocones de pino. Es poco común, y menos en estas latitudes. Provoca intoxicaciones alucinógenas.

Gymnopilus spectabilis.
Termino este pequeño recorrido con una Macrolepiota procera que crecía delante de una zarzamora. 

Macrolepiota procera.

Y abajo el making-of. Esta foto me la hicieron a traición y verla me hace reflexionar seriamente sobre mi salud mental, pero en fin...

Servidor fotografiando setas.

6 comentarios:

  1. Muy chulas las fotos. Lo mismo que comentas para "la seta de la risa" lo había oído para la Amanita muscaria (lo de que las setas ibéricas son poco alucinógenas comparadas con las de Europa del norte)

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    1. Me alegro de que te hayan gustado las fotos. :) Como no soy especialista en esto, lo que más me llamó la atención fue que la muscaria, a pesar de su nombre, no tiene un alto contenido en muscarina. Supongo que al principio se pensaba que sí, porque el compuesto tomaría su nombre de esta seta.

      Por cierto, que uno de los nombres vulgares de esta seta es "matamoscas", de ahí lo de muscaria. Qué cosas...

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  2. Magnificas fotos. A veces las cosas más bellas son las más pequeñas y pasan desapercibidas. Una entrada muy intererante que nos dice que la belleza natural nos rodea y casi siempre la ignoramos. Buen Trabajo. Saludos de @ManuDMolina

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    1. ¡Gracias, Manu! Me alegro de que te haya gustado la entrada. Tengo el blog un poco abandonado entre unas cosas y otras, y vuestros comentarios son el mejor aliciente para continuar.

      Un saludo.

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  3. ¡Qué maravilla de fotos! Yo no soy mucho de andar por el bosque (soy un pelín torpe y tiendo a caerme en los sitios más inaccesibles) pero ver tus fotos me hace replantearme mi vida urbana, jeje..
    ¡Y no me puedo creer que estas preciosas setas crezcan en un sitio como Ciudad Real! Siempre había creído que estas cosas solo pasaban en sitios permanentemente "mojados" como Asturias o Galicia.
    Queremos más posts como éste. :D

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    1. Los otoños son muy agradecidos y a poco que llueva salen un montón de setas. Se pueden encontrar de octubre a diciembre, porque también tienen su tiempo: las muscarias, por ejemplo, siempre las he visto en fechas cercanas a la Navidad.

      Me alegro de que te hayan gustado las fotos y de que el post te haya animado a salir al campo. No vale la excusa de que eres torpe, porque yo también lo soy y, además, no creas que estas setas salen en lo más profundo de una garganta; sino en los llanos y las sierrecillas manchegas. Casi todas las fotos están hechas en sitios accesibles para cualquiera. ¡¡Anímate!! Y luego nos lo enseñas. Lo de las setas tendrá que ser para el año que viene, pero ahora puedes hacer como yo y aficionarte a la ornitología, o a conocer las plantas de tu entorno. La primavera es una estación genial para ello.

      ¡Abrazos!

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